Cuando la evidencia científica es axfisiante la gente no deja de creer en Dios, simplemente se cambia de religión. No hay prueba capaz de refutar la creencia en algo que no necesita pruebas para existir.
Por eso la quiromancia, el tarot o los ovnis triunfan entre los creyentes, no son más que otra religión en las que refugiarse cuando la ciencia pega fuerte al cristianismo.